LA COMUNICACIÓN DEL RIESGO EN PANDEMIA
La PHO/OPS define la comunicación del riesgo como:
“La comunicación de riesgo, se refiere al intercambio en tiempo real, de información, recomendaciones y opiniones, entre expertos y/o funcionarios y personas que se enfrentan a una amenaza (riesgo) para su sobrevivencia, su salud o su bienestar económico o social. El objetivo final de la comunicación de riesgos es que toda persona expuesta a un riesgo sea capaz de tomar decisiones informadas para mitigar los efectos de la amenaza (riesgo), como el brote de una enfermedad, y tomar las medidas y acciones de protección y prevención”.
Mucho se ha hecho alusión a que la comunicación del riesgo hace alusión única y exclusivamente a los que el poder ejecutivo difunda en relación al tema de la pandemia que estamos viviendo, olvidando que éste concepto es mucho más amplio que esa simple interpretación que le da la prensa. Cabe mencionar que a la definición antes señalada y cuya autoría es de la PAHO/OPS, yo agregaría que las actitudes de las autoridades respecto a un desastre o catástrofe en particular, también comunican y sirven eventualmente de ejemplo.
En la primera imagen, aparece la recién estrenada gobernadora de Aysén, entrevistada a raíz del alza en los contagio en su región; ante la sentencia de parte de la autoridad referida a la falta de vacunación de refuerzo en habitantes de la zona, la periodista le consulta cuantos son los que no se han vacunado, a lo que la autoridad responde que no sabe; en otra parte de la entrevista, la misma autoridad hace alusión a una supuesta inoculación con vacunas vencidas; la entrevistadora por lógica consulta por lo sucedido, y nuevamente la autoridad regional señala que le faltan antecedentes.
No es aceptable que una figura pública que está partiendo en su cargo tenga esa falta de información, sobre todo tomando en cuenta que el tema es la pandemia está afectando a todo el mundo y aún no ha sido resuelta.
Claramente aquí tenemos una mala comunicación del riesgo de parte de una autoridad, quien al emplear los medios de comunicación para informar a la opinión pública, aparece sin información precisa, algo grave tomando en cuenta que la situación de la pandemia está más controlada que lo ocurrido a principios del 2020, por lo que se presumiría que cualquier autoridad que se refiera públicamente al tema del COVID, lo hará con antecedentes y datos que la población pueda recibir como información bien fundada y no sólo comentarios, no muy distintos a los que haría cualquier ciudadano de a pié.
En la segunda imagen aparece un diputado, que ante una contienda parlamentaria, vulnera una de la medidas que se le impuso a toda la población ante la aparición del COVID-19, y que dice relación con esperar los plazos que la misma autoridad implementó en relación con la estrategia de TTA (Testeo, trazabilidad y aislamiento), es más, este mismo representante ya expresó la necesidad de que la autoridad controle a todos los ciudadanos de la misma manera, a raíz de la aplicación de un sumario sanitario en Junio del 2020 por un funeral, donde él exigió la misma vara de medida para todo el mundo.
Hace 2 días el Colegio médico expresaba lo siguiente en relación al caso en cuestión: “COLMED critica «señal» del diputado Sabag tras viajar sin esperar resultado de su PCR: «No es recomendable».
Se expresa que “no es recomendable”, en circunstancias que la misma instancia gremial ha mantenido una línea en el sentido de respetar a todo evento los plazos de cuarentena, es más, no hace mucho tiempo sugirieron un encierro o lockdown completo del país para materializar lo que ellos denominaron el “cortocircuito”.
Tanto la actitud del diputado como de la agrupación gremial entregan una mala comunicación del riesgo, toda vez que la ciudadanía ha tenido que asumir y cumplir todas las medidas que le han sido impuestas a raíz de la pandemia, y lo obrado en ambos casos demuestra poca consecuencia especialmente pensando en que la población no tiene la posibilidad de vulnerar las restricciones, ni siquiera por causas de importancia como lo fue el año 2020, cuando muchas personas con enfermedades crónicas no pudieron acceder a sus tratamientos u operaciones.
RAÚL ASTROZA, Consultor en GRD